¿MI CUERPO IMPORTA?
¿Alguna vez te pusiste a pensar cuánta influencia ejerce, en tu estado de ánimo, el hecho de no sentirte conforme con tu cuerpo?
Seguramente te pasa lo mismo que a nosotras:
Aquellas que somos más rellenitas, pensamos que las flacas tienen una larga ventaja, ya que pueden comer tranquilamente sin engordar y por lo tanto, verse siempre en forma sin hacer el menor esfuerzo.
Esa visión que tenemos las más gorditas, no es la misma que tiene una flaca de sí misma, ya que muchas son las veces en que una dotada de más peso es mucho más feliz que aquella que aliviana su carga corporal, pero que engorda su alma de infelicidad.
Desde la mirada externa, esto es lo que nos pasa: no importa de qué bando estemos, siempre creemos que las del otro se sienten más felices y más safistechas consigo mismas.
Pero ahí no está la cuestión.
En el fondo, sin importar si somos flacas o gorditas, nuestro cuerpo merece una atención y unos cuidados especiales, ya que no es solamente la parte externa de nuestro ser, sino que guarda celosamente nuestra inteligencia y nuestra alma y, consecuentemente, el todo debe funcionar al unísono.
De hecho, y a esta altura ya debes estar enterada, de que cada uno de las dolencias que se nos manifiestan en cualquiera de las partes de nuestro cuerpo, tiene que ver con alguna vivencia por la que hayamos pasado, que nos ha marcado, o con alguna decisión que debemos tomar o…
Es muy importante el saber “leer” a nuestro cuerpo, para no caer en situaciones irreversibles.
Por lo tanto, y volviendo al título de este artículo, te habrás dado cuenta de que nuestro cuerpo SÍ importa. Y ese SÍ, debe estar con mayúsculas.
Cuando nos sentimos impotentes para resolver una determinada situación, buscamos ayuda profesional quizás en un Coach o en un Psicólogo.
Definitivamente, lo mismo deberemos hacer cuando el grito de auxilio es para nuestro cuerpo, ya que la alimentación y el ejercicio físico, van de la mano de una salud que acompaña a nuestra psiquis.
El problema está en que la mayoría de nosotras no tiene esa conciencia de cuidado corporal y, por eso, pensamos que si nos duele el estómago es por algo que comimos, hacemos la dieta que “creemos” debemos hacer y… chau. Hasta el próximo dolor de estómago.
Si en lugar de ello, investigamos el por qué de ese dolor de estómago a la vez que comenzamos una dieta balanceada para que a través de los alimentos ingeridos tengamos todas las calorías y vitaminas necesarias, nuestra vida cambiará radicalmente, ya que nos sentiremos livianas y ágiles para atravesar cualquier barrera que se interponga en el camino a recorrer.
Aprender estos conceptos, es parte de lo que hacemos en SHE para que puedas tomar verdadera conciencia de que nuestro cuerpo importa y mucho.