Qué es el trabajo energético y cómo te ayuda a crecer tu empresa

Todo lo que nos rodea es energía. Desde el mueble en donde estás sentado mientras lees este artículo, hasta los objetos de la habitación en la que te encuentras. También tus pensamientos son energía, igual que lo eres tú y todas las personas con las que te rodeas a diario. Todo, absolutamente todo en este Universo en el que vivimos, es energía.

La energía se mide en términos de vibración y frecuencia. Los seres humanos tenemos un campo energético que nos rodea y que emite una frecuencia vibratoria determinada, dependiendo de cómo nos sentimos. Nuestras emociones determinan nuestra vibración. Las emociones negativas, como por ejemplo la vergüenza o la culpa, emiten una frecuencia vibratoria baja: 20 y 30 hz respectivamente, siendo las dos con más baja frecuencia. En cambio, las emociones positivas emiten una vibración alta: el amor tiene una de 500 hz, por ejemplo, y la paz de 600 hz.

Toda energía se rige de acuerdo con determinadas leyes. Una de estas leyes sostiene que, cada frecuencia vibratoria, atrae energía de frecuencia similar. Eso significa que, si estamos vibrando bajo, vamos a atraer a nuestra vida todo aquello que vibra también en frecuencias bajas. Por el contrario, cuando nuestra vibración es alta, atraemos todo aquello que vibra de manera similar.

¿Y qué tiene que ver esto con mi empresa? Te estarás preguntando. Tiene todo que ver, porque la energía funciona igual en todos los ámbitos.

Todos los objetivos que quieres alcanzar en tu empresa, tu emprendimiento o tu negocio, vibran en una alta frecuencia. Estoy segura de que no me equivoco si te digo que quieres atraer más ventas, que quieres más clientes que estén en sintonía contigo, que quieres tener un mayor impacto en el mundo, ¡que quieres crecer! No importa cuán satisfecho estés con tus resultados hasta ahora, quieres ir a más. De eso se trata cuando creamos una empresa.

Pues bien, todos esos objetivos viven en una alta vibración. Eso significa, que no vas a conseguirlos vibrando bajo.

No es desde la preocupación, el agobio, el resentimiento o el miedo desde donde vas a lograr todo eso que quieres porque, cuando tomamos acción desde estas emociones, sólo estamos atrayendo más de lo mismo. Incluso si haces todo lo que hay que hacer siguiendo los pasos correctos. Porque no es lo que hacemos, es desde qué vibración lo hacemos, lo que marca la diferencia.

¿Y si es así, por qué no todos vibramos en esas frecuencias altas?

Porque tenemos, en mayor o menor medida, patrones, creencias y condicionamientos limitantes que bajan nuestra frecuencia.
El trabajo energético consiste en identificar esos patrones que te están limitando y limpiarlos de raíz en tu campo energético.De esta forma, elevas tu vibración y mejoras tus resultados.

Como coach de negocios y terapeuta energética, todas las semanas recibo consultas de personas que me cuentan que están haciendo todo lo que se supone que hay que hacer para que sus negocios crezcan, pero no están consiguiendo los resultados que quieren. En casi todos los casos, lo que está fallando no es tanto la estrategia, sino la energía. Basta con ayudar a la persona a elevar su frecuencia, dejando atrás esos patrones limitantes, para que los resultados empiecen a mejorar.

Creo firmemente, porque lo veo a diario en mis clientes y porque lo he experimentado en carne propia, que el verdadero trabajo es el interior. Antes de intentar buscar soluciones fuera de ti, mira por dentro. ¿Cómo está tu energía? ¿Qué historias te estás contando? ¿Qué pensamientos recurrentes tienes?

Todos tenemos el poder de crear nuestra realidad y, la herramienta con la que contamos, es nuestra frecuencia vibratoria. Tu energía es tu moneda y la responsable de tus resultados, de tus experiencias, de tus éxitos o fracasos.

Cambia tu frecuencia energética y cambiarás tu vida.

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