¿Y tus sueños?
¿Recuerdas cuales eran tus sueños de pequeña? ¿Qué deseabas ser cuando fueras grande?
Algunas de nosotras, modelando a las protagonistas de la televisión de la época, cocinábamos de mentira emulando ser grandes cocineras o cantábamos con un vaso en la mano a modo de micrófono o enseñábamos a las muñecas mientras dibujábamos en un pequeño pizarrón, vaya uno a saber sobre qué tema.
¿Te diste cuenta de que cada uno de estos juegos de la niñez, tenía el formato de un emprendimiento?
Para aquellas que cocinaban, mezclando pedacitos de papel de diferentes colores o fideos crudos, un restaurante parecía ser su futuro, mientras que las que cantaban emulando ser vaya uno a saber quién, emprenderían una gran carrera como solistas, sin hablar de las maestras o profesoras que podrían llegar a tener su propia academia.
Pero… ¿A qué vienen todos estos recuerdos de infancia?
Pues exactamente a preguntarte si has cumplido o no, con esos sueños de emprendedora que hacías realidad a través de tus juegos.
Quizás los tenías olvidados de manera consciente, pero dentro tuyo, muy dentro tuyo, siempre estarán pendientes de hacerse realidad.
Cuando sientas que estás en blanco, que no sabes hacia dónde ir, busca en tus recuerdos cuáles fueron esos muchos y variados emprendimientos que la creatividad infantil, libre de todo prejuicio y de la opinión ajena, te llevaba a desarrollar con toda la energía.
Viajando hacia el interior de ti misma, encontrarás tu esencia, te podrás reconciliar contigo misma y será cuando verdaderamente, estés en condiciones de crear y de fundar algo que será importante para ti, haciendo realidad tu sueño, quizás ese que tenías de pequeña y que había quedado olvidado entre las felicidades y amarguras de la adultez.
Nunca debemos dejar de lado nuestra esencia. Cuando nos planteamos que queremos dejar de ser ama de casa o empleada, pensamos en otras opciones, lo que significa crear nuestro propio emprendimiento.
Es allí cuando nace la pregunta: “¿Pero qué puedo hacer yo?”
La respuesta, sin lugar a dudas, la encontrarás en esos sueños que dejaste olvidados en algún baúl de los recuerdos de la infancia o quizás de la juventud.
Busca esos sueños que creías perdidos, dales forma, tráelos a tu realidad de ahora y podrás fundar el mejor de los emprendimientos, porque será el que nazca desde lo profundo de tu corazón y por ende, el que te haga feliz.
Si logras esa mezcla explosiva de deseo y felicidad, el éxito está implícito en todos los sentidos.
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